domingo, 29 de noviembre de 2009

Sin Prisa.


Mirada; oscura posiblemente a causa de sus grandes gafas de sol, perdida pero con sentimiento, alta aunque con un poco de inseguridad. Zapatillas si atar y sonrisa torcida. Es ese tipo de personas que sabes que no te encuentras en cualquier sitio. Pero que si esperas encontrarte en un día como hoy.

Respira, y dirige su mirada hacia un escaparate repleto de instrumentos entre ellos se puede apreciar un tambor, un pequeño flautín y un clarinete junto a millones de partituras que escapan junto al viento de ese establecimiento. Viene a por una partitura de Debussy mundialmente conocida pero que aún en esta tienda no la hay para lo que él necesita. Se dispone a sacar de su cartera una tarjeta para dejar constancia de que volverá a por ella cuando esté. La dependienta muy amable le responde que le avisará. Sale del local y se coloca las gafas en la misma posición anterior. Gira a la derecha y pierdo su camino. La dependienta me llama la atención aludiendo que lleva ya un rato esperando. Le contesto.


Me dispongo a girar la calle, tengo prisa, busco a alguien. Llego a un bar. Allí está, sentado, con su sonrisa torcida y con un refresco en la mano. Disfruta junto a sus amigos de una graciosa velada acompañada con chistes y bromas. De repente, recuerda algo, se queda inmóvil por unos instantes, mira el reloj y sale del bar a toda prisa. Me saluda. No me conoce pero me saluda. Quizá me recuerde de la tienda, aún así lo dudo pues no me ha dirigido mirada alguna, estoy segura, porque he sido yo la que no se la he quitado de encima. Llego hasta una plaza, desierta, no hay nadie. En ese instante, alguien me llama la atención es él con sus gafas, su sonrisa torcida, su mirada inigualable. Me está llamando. Juraría que nunca nos han presentado pero sabe mi nombre.

Me lo encuentró allí junto a una chica joven. Medice que si les puedo hacer una foto.

Crédula, optimista e idiota de mi, creerme que esa maravilla se fijase en mi tan solo por un instante. Soy demasiado confiada.

Me es imposible pensar en otra cosa, se les veía tan cercanos, tan sonrientes, tan enamorados.Cualquier persona me podría aliviar ahora, cualquiera que supiera decirme esas palabras que yo ya sé pero no consigo llevar a la práctica, esos "olvídalo, no merece la pena".

Llegó a la esquiena de la tienda de música al día siguiente, recordando aún lo ocurrido la tarde anterior y con mis ojos todavía entre sollozos y lágrimas y de repente, le veo, esa mirada inigualable, sus gafas, su sonrisa torcida.

Me dedica una pequeña sonrisa. Me recuerda. Me alivió. Soy una pequeñísima casi invisible parte de su memoria. ¡Me recuerda! Me animo. Muy pronto acaba esa felicidad. La dependienta le informa de que no tiene lo él había pedido. Él suspira. Yo siento ese suspiro. Se dirige a la puerta pero para un instante a colocarse las gafas. Sale. Se dirige hacia el bar como todos los días. La dependienta me llama la atención. Le contesto.

Hoy, prefiero no ir al bar, no seguirle hasta una plaza desierta pero con dos enamorados, no, hoy no.

Me dirigo a casa a paso lento,

Me encuentro con él junto a la calle paralelaa mi casa. Me es imposible no pasar por donde él está. Otra sonrisa, otra corazonada. Esta vez, ha sido diferente, no ha sido una sonrisa forzada.

Así, desde entonces, día a día vivo mi largo e imposible amor. Ya incluso me dedica un hola, un adiós con su rotunda voz. Ya no se pone enseguida las gafas de sol al salir de la tienda de música, me espera. Ya, somos nosotros las dos personas de la plaza desierta. Solo somos amigos, pero como me dijo una amiga una vez : "Algo es algo".

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Lo sé.


Sé que es el último adiós, nuestro último beso, la última mirada, pero es que, no quiero olvidarte, quiero seguir pensando en ti cada bonito segundo de mi vida ¿Sé que me echaras de menos? Si, sé que no es fácil irte sin más pero si te tranquiliza, sé que volverás.


Te espero.

¿te apetece?


Te apetece inventar un mundo, de colores, formas y sin dolor.
Sin amores no comprometidos ni días llorando, sin que exista la decepción solo la alegría, el esmero y el VERDADERO amor, sin apenas defectos, lleno de ilusiones y sorpresas, de momentos que hagas especiales día a día, que encuentres tu príncipe azul, verde, amarillo, rojo. Y que sea el mejor príncipe y que sea tu príncipe PARA SIEMPRE.
Que los amigos sean verdaderos amigos, aquellos que te llenan el día de colores y aquellos que siempre están ahí y te hacen sonreir.
Inventemos un mundo juntos sin defectos lleno de nosotros,Inventemos nuestro mundo, sea en realidad o ficción siempre será nuestro sueño.
Gracias por inventarlo conmigo! =)