Bah, yo no pienso nunca en esto. En absoluto. Soy fatalista. Creo en el destino. Las medias naranjas se encuentran porque tienen que encontrarse. Y ya está. Porque si no es así: agua que no has de beber déjala correr...
Sí. Las serendipias, las coincidencias afortunadas.
Sí, te lo juro. Fue el destino quien me obligó a ponerte discretamente la zancadilla. Para que cuando te ayudase gentilmente a levantarte me pusieses ojitos. Y ya no quisieses separarte de “oh, mi héroe” durante todo el resto de tu vida.
Jodido destino, qué felices puedes llegar a hacernos. Te quiero.
http://manuel-diasintensos.blogspot.com/2008_12_01_archive.html
Mírame.

¿Por qué no cruzamos una mirada y me haces feliz por el resto de mi vida?(;
No hay comentarios:
Publicar un comentario