jueves, 11 de noviembre de 2010

Comienzos, finales. 29 veces por minuto.


Bueno, hoy he decidido no utilizar un texto mio sino uno que me sirvió de gran apoyo en las peores épocas. Y todo se lo agradezco a ella, mi prima.

Nada es para siempre, y esa es una realidad que desgraciadamente no podemos cambiar. En todas las cosas pasa lo mismo: principios, momentos, y finales. Y a veces casa una de estas partes duran tanto que creemos que seguirán así siempre, pero al final acaban pasando, volviéndose solamente bonitos recuerdos.
El amor es como el polvo, un día está ahí, y al siguiente se ha ido. Con un simple soplo todo se derrumba. Y ese soplo es el final, o quizá, el mismo causante del final.
En ese momento es cuando culpas a alguien de todo, cuando las lágrimas llegan, cuando el cuento de acaba y las letras son ya simples pensamientos. La gente te llama, tu cuelgas el teléfono. Tus amigas te escriben, tu olvidas leerlo. Pero la vida sigue, y empieza otro momento. Pronto todo será un mal sueño, si tu te dejas llevar por el viento.
Solo sonríe, con lágrimas en los ojos y piensa que todo lo que empieza, termina, y que lo que termina, vuelve a comenzar.

Ánimo.

2 comentarios:

  1. Gracias por poner aquí mi texto, me ha hecho ilusión. Y de nada, para eso están las primas.
    Un beso.

    ResponderEliminar