miércoles, 1 de diciembre de 2010

Felicidad, Feli para sus amigos, era una tía con aspecto duro, daba la sensación de que nada le afectaba ni lo más mínimo, ¿problemas con tíos? Ella, cero. Conseguía a los que quería cada vez que quería como quería y cuanto quería. Tanto como para una sola noche como hasta un año. Su última adquisición había sido él, llamemoslo así, era el típico niño bueno, guapo con el que podía hacer todo lo que ella quisiese, fue una relación de apenas un mes. Todos pensaban que ella, al fin de semana siguiente, en cualquiera de sus fiestas entre alcohol y risas, haría que cayese otro. Y así fue. Feli, es tan predecible. Ella, en realidad no lo hacía porque fuese una suelta de cascos, ni mucho menos, aunque todos pensasen eso, ella lo hacía porque así se sentía mejor, era su forma de ahogar las penas. Así se convencía ella misma de que ella seguía siendo ella, la misma pivona de siempre, se sentía mejor físicamente, lo que ella no sabía es que estaba consiguiendo es estar peor psicológicamente. Vivía la vida a cien por hora, el problema era cuando paraba mínimamente, en su casa. Lloraba como nunca lo hacía delante de la gente, ya que no tenía amigas, pues no consideraba amigas las que se van contigo de fiesta y no se dedican ni a preguntarte que tal tras tu ruptura, solo bebían copas contigo, reían contigo y de vez en cuando, te preguntaban un "¿Qué tal tron?"; no las consideraba amigas. No tenía novio, ni nadie por quien levantarse cada mañana, sus padres la odiaban y aunque fuese guay y todo el mundo la respetase, era en el colegio la puta, la sueltita; nadie le apreciaba realmente en el colegio solo la querían de vez en cuando para pedir consejo o para subir un listón dentro de un grupo de amigas. Su vida era muy triste, aunque estuviese día a día de fiesta en fiesta.

El problema es que todos tenemos una Feli, la tendremos o la hemos tenido.

3 comentarios:

  1. Una amiga Feli o una Feli dentro de nosotros?
    Me encanta!

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  2. Esas personas que se esconden detrás de un fachada tan fingida no suelen acabar bien. Pero sí, esa historia es cada vez más común.
    Muy buen texto.
    Un beso.

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  3. Creo que antes o después todas tenemos un punto Feli. Aunque, Claudia, también pueden ser amigas.
    Nunca acaban bien, una época, una etapa de tu vida, bueno no está mal. Pero no vivir así la vida, creo que no es vivirla.
    Un beso, gracias a las dos :)

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